DERECHO A LA INCLUSIÓN
La inclusión es fundamentalmente un derecho, pero es sin duda un
concepto amplio que conviene aclarar. Podemos recoger y considerar diferentes definiciones
como, por ejemplo, la de Patterson: “Es una forma de vida, una manera de vivir juntos, basada en la creencia
de que cada individuo es valorado y pertenece al grupo. Una escuela inclusiva
será aquélla en la que todos los estudiantes se sientan incluidos”. Esta premisa implica que todas las alumnas y alumnos sean
aceptados, reconocidos en su singularidad, valorados y con posibilidades de participar en la escuela con arreglo a sus
capacidades. Tal y como hemos señalado, el objetivo de FEVAS en lo que se refiere a la enseñanza es la escuela inclusiva.
Escuela inclusiva entendida como:
o Aquélla que identifica las barreras para el aprendizaje y la participación
para luego minimizarlas, a la vez que maximiza los recursos que apoyan ambos procesos.
o Aquélla que no se centra
únicamente en las necesidades de los alumnos y alumnas sino que reflexiona sobre los planteamientos del contexto escolar.
o Aquélla que ofrece a
todo su alumnado oportunidades educativas
y ayudas para su progreso.
o Aquélla que promueve ambientes de aprendizaje que capaciten a todos los alumnos y alumnas para participar en una enseñanza lo más
individualizada posible.
o Aquélla en la que la diversidad no se percibe como un problema sino como una riqueza para todos.
o Aquélla que educa en la diferencia, dando a conocer la
particularidad de cada uno.
o Aquélla que educa en el respeto, reconocimiento y valor de la diversidad.
Un enfoque inclusivo pretende valorar la diversidad como un elemento enriquecedor del proceso de
enseñanza-aprendizaje y, en consecuencia,
favorecedor del desarrollo humano. Inclusión implica
una actitud y un compromiso con un proceso de mejora permanente; conlleva el esfuerzo de análisis y reflexión de culturas, políticas y prácticas educativas,
la identificación de barreras y objetivos de mejora. Avanzar en inclusión es avanzar
en actitudes de respeto, tolerancia y solidaridad; es educar en valores, aunque los
valores no sólo se enseñan, se viven; es aprender a convivir conviviendo.
Es importante que los docentes asuman la
responsabilidad de formar en la diferencia. “Las
diferencias encierran grandes oportunidades de aprendizaje. Las
diferencias constituyen un recurso gratuito, abundante y renovable…” ( Robert Barth 1990, tomado de Stainback y Stainback 2004, pág. 26).
Asi, se podrá reconocer la diversidad como una
oportunidad para enriquecer las interacciones y los aprendizajes. Es necesario
“socializar la diferencia” a partir de información y de ejemplos adecuados para
la interacción.
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